Rodrigo, valenciano de nacimiento y todavía no acostumbrado al clima de Castilla y León (ahí no se andan con tonterías como las que aquí llamamos “frescoreta”), nos dio una pequeña charla sobre las características de los viñedos, particularidades de sus vinos, y de la elaboración de los mismos.
En general, la bodega pone mucho empeño en “respetar” las peculiaridades de la uva: la vendimia siempre se realiza manualmente y en las horas más frescas del día, e incluso es seleccionado a mano, o sea que casi “grano-a-grano”. Solo utilizan uvas procedentes de sus viñedos. Tanto en la fermentación como en la extracción se utilizan procedimientos suaves y poco agresivos, y las barricas –sobre todo de roble francés- son de los mejores toneleros artesanos.
Así consiguen unos vinos nobles y elegantes en los que se nota la potencia aportada por la uva.
El primero a catar fue el “Pago de los Infantes” Roble 2008. Un vino sólido, afrutado y fácil de tomar. Se puede tomar tanto para “chatear” como para comer, y una “calidad-precio” muy interesante.
Seguimos con “Lynus” Crianza 2006, un vino muy equilibrado y redondo en el que alzan sus notas de fruta madura y especiada. La suave crianza le aporta toques balsámicos, dejando un gusto muy equilibrado, de larga persistencia y con toques tostados y cremas de toffee.
Last but not least (ó “el que ríe el ultimo”) pudimos disfrutar de una verdadera joya: Lynus “Áurea” Reserva 2005. Las botellas fueron abiertas más de dos horas antes de la cata, y aún así había que decantarlas para poder apreciar el aroma intenso y duradero. Con aromas a frutos secos e incluso pimienta, una vez en boca se desenvuelven notas duraderas de frutos rojos y maduros, cacao y nueces. Los taninos muy elegantes y en general, un gusto muy persistente.
Desde luego, era hora de sacar algo comestible para poder seguir disfrutando de este vino, el máximo exponente de Lynus Viñedos y Bodegas.
Pudimos “catar” también unos Ibéricos de Bellota –como no: de Salamanca- así como de un poquito de queso curado, porque el vino simplemente lo requería.
La velada se alargó….algunos se quedaron a cenar…y siguieron catando los vinos de Lynus!!
Realmente, una experiencia inolvidable.
Nuestros agradecimientos sobre todo a Rodrigo, por su tiempo, a la bodega "Lynus", por su calidad y generosidad, a Jaime de “Vinivars Vinos, S.L.”, por su colaboración (y por el poco espacio que ocupaba en la escalera!), y como no, a todos lo asistentes, que otra vez nos han hecho disfrutar de una agradable velada “entrevinos”………………………
"momentos de calidad"
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